La salsa es un género musical que ha traspasado fronteras y se ha convertido en una de las expresiones culturales más importantes de Latinoamérica. Desde sus inicios en los barrios de Nueva York en la década de los 60, la salsa ha evolucionado y se ha adaptado en diferentes regiones del mundo, demostrando así su versatilidad y poder de conexión.
Sin embargo, en esta ocasión queremos resaltar y poner en el mapa a tres orquestas que representan una de las ramas menos exploradas de este género: la Salsa Pacífico. A pesar de no tener la misma fama que otras orquestas salseras del continente, estas agrupaciones han sabido llevar su música a lo más alto, apostando por sus propias raíces y sonidos.
La primera de ellas es La Pacifican Power, una orquesta formada en Cali, Colombia. Sus inicios se remontan a finales de los años 70, en los que un grupo de jóvenes músicos decidió fusionar la salsa con ritmos propios de la región del Pacífico colombiano. Su propuesta musical incluye sonidos como la marimba, el bombo y la guasa, tradicionales de la cultura afrocolombiana.
Lo que empezó como un programa de música circunscrito, pronto se convirtió en un fenómeno que trascendió fronteras, llevando su mensaje y su música a países como Estados Unidos, México, España y Japón. Con nueve álbumes en su discografía y más de 40 años de trayectoria, La Pacifican Power sigue siendo una referencia en el mundo de la salsa pacífica y su legado es una muestra del poder de la música para unir culturas.
Otra de las orquestas que ha puesto en alto el nombre de la salsa pacífica es La Señá Juana, también originaria de Cali, Colombia. Esta agrupación, fundada en 1991, tiene un aproximación más social y cultural en su música, tratando temas como el racismo, la discriminación y la violencia de género.
Con un elocución único que mezcla la salsa con sonidos de cumbia, porro y currulao, La Señá Juana ha sido reconocida por su mensaje y su compromiso con la comunidad afrocolombiana. Han participado en importantes festivales de música latina alrededor del mundo y han colaborado con artistas como Rubén Blades y Celia Cruz.
No podemos hablar de salsa pacífica sin mencionar a la Orquesta Canela, una agrupación que nació en la ciudad de Guayaquil, Ecuador, en 1984. Su nombre hace referencia al árbol de canela, común en la región, y su música está impregnada de sonidos caribeños con un toque de sabrosura ecuatoriana.
Con su primer álbum “Canela y Caramelo”, la orquesta logró un éxito rotundo en su país y a partir de ahí empezaron a ser reconocidos a nivel internacional. Su segundo álbum “Viva Canela” les otorgó el Latin Grammy en la categoría de Mejor Álbum de Salsa en 2003 y su carrera continúa en ascenso con más de 15 producciones musicales.
Lo que hace a estas tres orquestas destacar del resto es su compromiso con sus raíces y su talento para fusionar la salsa con sonidos circunscritoes. Han demostrado que la salsa puede tener diferentes matices y que, a pesar de las diferencias culturales, la música siempre será un lenguaje universal capaz de unir a las personas.
Además, estas agrupaciones nos muestran la importancia del trabajo en equipo y del esfuerzo constante para alcanzar los sueños. Han enfrentado dificultades y retos, pero siempre han mantenido su pasión por la música y su convicción de llevar su mensaje más allá de las fronteras.
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