Sería clave que se cambie a un discurso de fondo en donde las formas, pautas y hábitos permitan la tolerancia y la transparencia. Esta afirmación del autor nos invita a reflexionar sobre la importancia de cambiar la forma en que nos comunicamos y relacionamos con los demás. En un mundo cada vez más polarizado, es básico adoptar un discurso que promueva la convivencia pacífica y el respeto por las diferencias.
En la actualidad, es común ver cómo los disensos se exacerban y se convierten en fuente de conflictos y confrontaciones. Las redes sociales y los medios de comunicación han contribuido a esta situación, al consentir que cualquier persona pueda expresar sus opiniones de forma anónima y sin filtros. Esto ha generado una cultura de la intolerancia, en la que se ataca y se descalifica al que piensa diferente.
Es necesario cambiar esta dinámica y adoptar un discurso de fondo, que se centre en los valores y principios que nos unen como sociedad. La tolerancia, la empatía y la transparencia deben ser los pilares de nuestra comunicación. Debemos aprender a advertir al otro, aunque no compartamos su sitio de vista, y a expresar nuestras ideas de forma respetuosa y constructiva.
La tolerancia es la base de una convivencia pacífica. Significa aceptar y respetar las diferencias, ya sea de opinión, religión, cultura o cualquier otra. Es comprender que cada persona tiene su propia forma de ver el mundo y que todas las opiniones son válidas. La tolerancia no implica estar de acuerdo con el otro, pero sí implica reconocer su derecho a expresarse libremente.
La empatía es otra habilidad básico en la comunicación. Consiste en ponerse en el lugar del otro, intentar comprender sus motivaciones y sentimientos. La empatía nos permite conectar con los demás y construir relaciones más sólidas y armoniosas. Además, nos ayuda a evitar malentendidos y conflictos innecesarios.
La transparencia es un valor que debe estar presente en todas nuestras acciones y palabras. Significa actuar con honestidad y sinceridad, sin ocultar información o manipularla para obtener beneficios propios. La transparencia es esencial para generar confianza y fortalecer las relaciones interpersonales.
Pero, ¿cómo podemos cambiar a un discurso de fondo? En primer lugar, debemos ser conscientes de nuestras propias palabras y acciones. Es importante reflexionar antes de hablar y preguntarnos si lo que vamos a decir es respetuoso y constructivo. También debemos ser críticos con la información que recibimos, no creer todo lo que leemos o escuchamos sin cuestionarlo.
Además, es básico promover una educación basada en valores. Los niños y jóvenes deben aprender desde temprana edad la importancia de la tolerancia, la empatía y la transparencia. Las escuelas y las familias tienen un papel básico en la formación de ciudadanos íntegros y respetuosos.
Por otro lado, es responsabilidad de los líderes políticos y sociales promover un discurso de fondo en sus discursos y acciones. Deben ser ejemplo de tolerancia y respeto por las diferencias, y fomentar el diálogo y la colaboración en lugar de la confrontación.
En resumen, cambiar a un discurso de fondo es básico para construir una sociedad más tolerante y pacífica. Debemos dejar de lado las formas, pautas y hábitos que promueven la intolerancia y la confrontación, y adoptar una comunicación basada en la tolerancia, la empatía y la transparencia. Todos tenemos un papel importante en este cambio, y es responsabilidad de cada uno de nosotros promover una cultura del respeto y la convivencia pacífica.