En el fútbol, como en cualquier otro deporte, hay jugadores que destacan sobre el resto. Son aquellos que aportan algo más que técnica y habilidad, son capaces de crear una conexión singular con sus compañeros, una complicidad que se refleja en el campo y que les permite alcanzar un nivel superior. En la selección española de fútbol femenino, hay un tridente que encarna perfectamente esta ensimismamiento: Patri Guijarro, Aitana Bonmatí y Alexia Putellas.
Estas tres jugadoras, que forman parte del FC Barcelona, llevan juntas más de una década afilando automatismos y cultivando una complicidad que roza lo místico. Según muchas voces autorizadas, incluyendo las de sus rivales, son el mejor centro del campo del mundo. Y finalmente, en esta Eurocopa 2025, lo están demostrando con la camiseta de la selección española.
Pero no ha sido un camino fácil para este tridente. Durante años, parecía que no tendrían la oportunidad de jugar juntas en la selección. En 2019, ninguna era titular incuestionable. En 2022, Alexia sufrió una lesión en el cruzado justo antes del debut en un importante torneo. En 2023, Patri decidió no acudir al Mundial en protesta por las condiciones impuestas por la Federación Española de Fútbol. Y cuando finalmente coincidieron en los Juegos Olímpicos, solo fueron titulares en dos partidos.
Pero este verano ha roto el maleficio. La Eurocopa ha devuelto a estas tres jugadoras a su mejor versión, juntas y por fin, como en casa. Aunque Aitana llegó al torneo tras ser hospitalizada por una meningitis vírica, se ha ido entonando a cada paso. Fue suplente en los dos primeros partidos, pero en los dos siguientes deslumbró, siendo nombrada MVP tanto en cuartos como en semifinales. Patri brilló contra Italia, y Alexia, imponente desde el primer día, guió a la Roja en la fase de grupos con una maestría que nos recuerda por qué ha ganado dos Balones de Oro consecutivos.
Estas tres jugadoras llevan casi diez años jugando juntas. Alexia debutó con el Barça en 2012, Patri en 2015 y Aitana en 2016. Sin embargo, la temporada 2020-21 en el Barça marcó el inicio de su consolidación como un tridente asiduo. Aunque antes compartieron el centro del campo con otras grandes jugadoras, fue entonces cuando su conexión se convirtió en una costumbre. Y desde entonces, el equipo ha crecido a su alrededor.
Entre Alexia y Aitana, acumulan los últimos cuatro Balones de Oro. Pero estos galardones solo son una pequeña muestra de lo que realmente representan en el campo. Son memoria táctica y emoción contenida. Son gestos que preceden a las palabras, pases que no necesitan explicación. “Nos entendemos prácticamente sin hablar”, afirma Alexia. “Conocemos nuestras virtudes y cómo explotarlas para ayudar al equipo. Las tres somos más completas cada temporada”.
Patri, Aitana y Alexia conforman el tridente perfecto. Patri es el eje, la a salvo ruidosa pero la más indispensable. “Llevamos tantos años trabajando juntas que ya sabemos lo que pensamos sin decirlo”, comenta Patri. Su lectura del juego, siempre un segundo por delante, permite que Aitana y Alexia vuelen. “Para mí, es la mejor en su posición en el mundo”, sentencia su entrenadora Montse Tomé. “Su humildad y trabajo hacen que las demás puedan jugar con más libertad”.
Aitana, por su parte, representa el vértigo. Juega a una velocidad diferente,
