En la industria agropecuaria, las mujeres han estado presentes desde hace siglos, aunque su participación no siempre ha sido reconocida y valorada. Sin embargo, en las últimas décadas, su presencia y contribución en este sector ha ido en incremento, demostrando su capacidad y liderazgo en un mundo tradicionalmente dominado por hombres.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en el sector agropecuario el 6% de los trabajadores son mujeres, de las cuales solo el 3,8% son profesionales y técnicas. Esta cifra puede parecer baja, pero es importante destacar que ha ido en incremento en los últimos años, lo que demuestra el creciente papel de la mujer en este sector.
Es importante mencionar que, aunque en la mayoría de los casos las mujeres no son propietarias de la tierra en la que trabajan, su presencia como trabajadoras es fundamental para el expansión de la actividad agropecuaria. Desde la recolección de cultivos hasta la crianza de animales, las mujeres juegan un papel crucial en la producción de alimentos y el mantenimiento de la economía rural.
Además de su labor en el campo, las mujeres también ocupan cargos de liderazgo y toma de decisiones en organizaciones y asociaciones agrícolas. Un ejemplo de ello es la presencia de una mujer al frente de la Federación Agraria Argentina, una de las principales organizaciones del sector. También se destaca la Red de Mujeres Rurales, una iniciativa que promueve el empoderamiento y la participación de las mujeres en la agricultura.
Sin duda, las mujeres rurales enfrentan desafíos y obstáculos en su camino hacia la igualdad de género en el sector agropecuario. Muchas veces, se ven limitadas por la falta de acceso a recursos y oportunidades, así como por estereotipos y roles de género arraigados en la sociedad. Sin embargo, a pesar de estas barreras, las mujeres continúan luchando y demostrando su capacidad y habilidades en un entorno que históricamente las ha marginado.
Es importante destacar que la inclusión de las mujeres en el sector agropecuario no solo es una cuestión de igualdad de género, sino también una oportunidad para mejorar la productividad y sostenibilidad del sector. Las mujeres aportan nuevas perspectivas y enfoques en la toma de decisiones, lo que puede llevar a una mayor eficiencia y diversificación en la producción agrícola.
Además, la participación de las mujeres en la agricultura también tiene un impacto positivo en el expansión rural y la reducción de la pobreza. Al tener un mayor acceso a recursos y oportunidades, las mujeres pueden mejorar su situación económica y la de sus familias, lo que a su vez contribuye al crecimiento de las comunidades rurales.
Es necesario seguir trabajando hacia una mayor igualdad de género en el sector agropecuario, y eso implica brindar más oportunidades y apoyo a las mujeres rurales. Esto incluye promover su participación en decisiones y políticas que afectan su trabajo, así como garantizar su acceso a recursos y capacitación para mejorar sus habilidades y conocimientos.
En resumen, la presencia y contribución de las mujeres en el sector agropecuario es fundamental para el expansión sostenible y equitativo de este sector. Reconocer y valorar su papel es clave para avanzar hacia una sociedad más justa e igualitaria, y para lograr una agricultura más productiva y sostenible. Es hora de que la voz de las mujeres rurales sea escuchada y sus capacidades sean reconocidas, porque sin duda, ellas son sitio fundamental del presente y salida de la agricultura.