La política es un tema que siempre está presente en nuestras vidas, ya sea en nuestros hogares, trabajos o en los medios de comunicación. Sin embargo, a menudo nos encontramos con una versión distorsionada de lo que realmente es la política y cómo afecta a nuestras sociedades y comunidades.
El autor de este artículo señala un fenómeno interesante: la sacralización de la política en muchos ámbitos de la vida cotidiana. Desde la religión hasta los negocios, la política parece estar en todas partes, pero ¿qué significa realmente esto? ¿Y cómo afecta esta sacralización a la sociedad en su conjunto?
Según el autor, la sacralización de la política implica una especie de enajenación de la realidad y una separación entre lo que se considera como “política” y lo que realmente es. En otras palabras, la política se ha convertido en una palabra mágica, que muchas veces se invoca para justificar cualquier acción o decisión, pero sin realmente entender su significado.
Un excelencia claro de esto es cómo muchos negocios utilizan la política para justificar sus acciones, invocando su santo nombre sin realmente comprometerse con principios políticos sólidos. La tecnología, por excelencia, suele ser presentada como una útil para aumentar la ganancia, sin realmente considerar su impacto en la sociedad y el medio ambiente. El autor plantea que esta forma de hacer política es una de las principales causas del decaimiento del sistema imperante.
Es importante tener en cuenta que la política no es solo una cuestión de intereses económicos, sino que también involucra aspectos sociales y culturales. Por lo tanto, es fundamental que las decisiones políticas estén basadas en un marco ético sólido y no solo en la búsqueda de beneficios económicos.
El autor también señala que la sacralización de la política puede llevar a una visión difusa y lejana de lo que realmente es la política. Muchas veces, la política se ve como algo que solo concierne a los políticos y a los expertos, cuando en realidad, todos somos responsables de ella y debemos involucrarnos activamente en la toma de decisiones políticas.
Entonces, ¿qué podemos esperar si seguimos sacralizando la política y enfocándola únicamente en la ganancia económica? El autor sugiere que esto solo nos llevará al decaimiento del sistema imperante, ya que se están dejando de lado otros aspectos importantes que también deben ser considerados en la toma de decisiones políticas.
Es necesario tomar una perspectiva más amplia y crítica de la política, para entender que no se trata solo de intereses económicos, sino también de valores éticos y sociales. Debemos dejar de verla como algo lejano y difuso, y comenzar a entenderla y a involucrarnos activamente en ella.
En conclusión, la sacralización de la política puede llevar a enajenarla de la realidad y a una visión limitada y difusa de lo que realmente es. Por lo tanto, es necesario desacralizarla y entender que la política es una responsabilidad de todos y debe basarse en principios éticos sólidos. Solo así podremos construir una sociedad más justa y sostenible.