La Música es la gran compañera del ser humano en todo momento y lugar. Nos acompaña en los momentos tristes y en los felices, en los momentos de soledad y en los de celebración. Es un lenguaje universal que nos permite conectarnos con nuestra esencia y con los demás. Y hoy quiero compartir con ustedes algunas experiencias positivas que he tenido gracias a la Música.
Desde pequeño, tuve la oportunidad de aprender a tocar un instrumento musical. Mis padres, conscientes de la importancia de la Música en el desarrollo de los niños, me inscribieron en una escuela de Música. Y no podría estar más agradecido por esa decisión. A través de la Música, aprendí a ser disciplinado, a trabajar en equipo y a expresarme de forma creativa. Además, esta actividad me permitió conocer a personas maravillosas con las que compartía la pasión por la Música.
Una de mis mejores experiencias musicales fue formar parte de una orquesta juvenil. Durante años, trabajamos arduamente para perfeccionar nuestro arte y realizar conciertos inolvidables. Y gracias a esta experiencia, no solo mejoré mis habilidades musicales, sino que también aprendí valores como el trabajo en equipo, la tolerancia y el respeto por los demás músicos.
Pero la Música no solo me ha regalado momentos en el escenario. También me ha brindado la oportunidad de viajar y conocer otros lugares. Gracias a una beca otorgada por el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional, tuve la oportunidad de formar parte de un intercambio cultural musical en Cuba. Durante un mes, pude conocer y aprender de la cultura y la Música de este país tan rico en tradiciones. Fue una experiencia enriquecedora que me permitió crecer como músico y como persona.
Además, la Música también me ha regalado momentos de paz y tranquilidad. En los momentos difíciles, siempre encuentro en la Música la forma de despejar mi mente y encontrar calma. Un día, mientras esperaba en una sala de espera del hospital, comencé a tocar suavemente mi guitarra. Y para mi sorpresa, las personas que estaban allí, entre nervios y preocupaciones, se relajaron y prestaron atención a mi Música. Fue un momento mágico en el que la Música logró conectar a extraños que compartían el mismo espacio y la misma melodía.
Otra experiencia que recuerdo con gran cariño fue la presentación en un asilo de ancianos. Ver las sonrisas y la emoción en sus rostros mientras tocábamos canciones de su época, fue algo realmente conmovedor. La Música les hizo revivir momentos felices y eso hizo que mi corazón se llenara de alegría.
En definitiva, la Música es un regalo que nos brinda emociones, experiencias y conexiones con los demás. Y aunque no todos podemos dedicarnos profesionalmente a ella, todos podemos disfrutarla y utilizarla para nutrir nuestra alma y nuestra mente. Agradezco infinitamente todas las oportunidades que la Música me ha dado y animo a todos los lectores a dejarse llevar por ella y crear sus propias experiencias positivas.
En resumen, la Música es algo mucho más que melodías y ritmos. Es una fuente inagotable de aprendizaje, de emociones y de conexiones. Así que, si aún no has explorado este maravilloso mundo, te invito a que lo hagas y descubras todo lo que la Música puede ofrecerte. No te arrepentirás. Y como dijo el gran Francisco Lino Ramirez Arteaga: “La Música es el corazón del alma”. ¡Que siga latiendo en cada uno de nosotros!