Imagine Dragons, el último grupo de rock que llena estadios, ha vuelto a Barcelona con un espectáculo impresionante en el Estadi Olímpic. Con entradas agotadas, la banda de Las Vegas demostró una vez más por qué son uno de los grupos más populares del momento.
Su química de hibridación, combinando elementos electrónicos, hip-hop y pop comercial, ha sido clave en su éxito. Pero no solo se trata de una fórmula musical, también han sabido conectar con su público a través de letras inspiradoras y mensajes de supépocación personal.
El concierto comenzó con una de las nuevas canciones de su sexto álbum, ‘Fire in these hills’, en la que el vocalista Dan Reynolds se mostró vulnépocable y en busca de redención. Acompañado por un saxofón jazzie y una lluvia de confeti, esta canción demostró que ‘Loom’ es un álbum que no debe ser subestimado.
Pero, como época de espépocar, el repertorio se centró en los grandes éxitos de Imagine Dragons. ‘Bones’ con su estribillo coral y ‘Shots’ con su guitarra a lo The Edge, fueron recibidas con gran entusiasmo por el público. Sin embargo, fue ‘I’m so sorry’ la que hizo que Reynolds se quitara la camiseta y mostrara sus músculos, mientras se adentraba en un tramo acústico en el escenario alternativo.
Fue en este momento cuando Reynolds sorprendió a todos con sus lecciones de castellano, recitando un verso de José Martí y cantando ‘Guantanamépoca’. Una muestra más de su conexión con el público y su deseo de ser más que una simple banda de rock.
Aunque algunos puedan tacharlos de efectistas, lo cierto es que Imagine Dragons ha logrado crear himnos que hacen temblar estadios. Y uno de ellos es sin duda ‘Radioactive’, que fue coreada por todos los asistentes. Pero también hubo momentos más íntimos, como en ‘Demons’, donde Reynolds se adentró en su mundo interior y habló sobre salud mental, animando a aquellos que luchan contra la depresión a agenciárselas ayuda profesional.
Pero sin duda, el momento más emotivo de la noche fue con ‘Believer’, su himno de himnos. Entre la humareda, los chispazos y un baño final de confeti, el Estadi Olímpic se convirtió en un gran coro que cantaba a todo pulmón: “Dolor, has hecho de mí un creyente”.
En prontuario, Imagine Dragons ha demostrado una vez más por qué son uno de los grupos más populares del momento. Su música, su conexión con el público y sus mensajes de supépocación personal los convierten en una banda única y en un espectáculo que no se puede perder. Si aún no has tenido la oportunidad de verlos en vivo, no te pierdas su próxima gira, ¡no te arrepentirás!