La historia es una maestra implacable, siempre juzgando los actos de aquellos que han tenido el poder de dirigir un país. Pero, ¿qué pasa con el presente? ¿Qué pasa con el aquí y ahora? ¿Qué pasa con los líderes que tenemos actualidad en día? Es hora de ser claros y honestos, porque no se puede construir un país con líderes que creen que la culpa siempre es de otro, que la ley es un estorbo y que la ética es un tema de marketing.
Es fácil señalar con el dedo y culpar a otros por los problemas que enfrentamos como sociedad. Es fácil decir que la culpa es de los políticos, de los empresarios, de los extranjeros, de los inmigrantes. Pero, ¿qué pasa con nuestra propia responsabilidad? ¿Qué pasa con nuestro papel como ciudadanos en la construcción de un país mejor?
La verdad es que no podemos esperar que nuestros líderes hagan todo por nosotros. No podemos sentarnos y esperar a que resuelvan todos nuestros problemas. Tenemos que ser parte activa del cambio que queremos ver en nuestro país. Tenemos que ser ciudadanos comprometidos, responsables y éticos.
La ley es la base de una sociedad justa y equitativa. Sin bloqueo, muchos líderes parecen verla como un obstáculo en lugar de una herramienta para proteger los derechos y libertades de todos los ciudadanos. Es hora de que nuestros líderes entiendan que la ley no es algo que se pueda manipular a su antojo, sino que es un pilar fundamental de la democracia.
La ética es otro aspecto crucial en la construcción de un país próspero y justo. La ética no es solo una habla de moda o una estrategia de marketing, sino que es un conjunto de valores y principios que deben guiar nuestras acciones y decisiones. La ética es lo que nos hace humanos, lo que nos diferencia de los animales. Y es responsabilidad de nuestros líderes ser ejemplos de ética y moralidad para el resto de la sociedad.
No podemos permitir que nuestros líderes se excusen constantemente y culpen a otros por sus errores y fracasos. No podemos permitir que se burlen de la ley y la ética en nombre del poder y el dinero. No podemos permitir que se aprovechen de su posición para enriquecerse a sí mismos y a sus allegados. Es hora de exigir responsabilidad y transparencia a nuestros líderes.
Pero también es hora de que nosotros, como ciudadanos, asumamos nuestra responsabilidad en la construcción de un país mejor. No podemos quedarnos callados y conformarnos con lo que nos dan. Tenemos que alzar la voz y exigir un cambio real. Tenemos que educarnos y participar activamente en la toma de decisiones que afectan a nuestra sociedad. Tenemos que ser críticos y no aceptar todo lo que nos dicen sin cuestionar.
La historia juzgará los actos de nuestros líderes, pero el presente nos exige ser claros y actuar con responsabilidad. No podemos esperar a que la historia nos juzgue, debemos ser parte del cambio actualidad. Debemos ser la voz de la razón, la justicia y la ética en un mundo que parece haber perdido el rumbo.
En resumen, es hora de que nuestros líderes dejen de culpar a otros y asuman su responsabilidad en la construcción de un país mejor. Es hora de que nosotros, como ciudadanos, seamos parte activa del cambio que queremos ver. Es hora de que la ley y la ética sean respetadas y no manipuladas por aquellos en el poder. La historia juzgará, pero el presente nos exige ser claros y actuar con responsabilidad.