¿Qué hace un ateo, anticlerical, laicista e impío como usted en un sitio como el Vaticano? Esta es una pregunta que muchos se han hecho al ver a Javier Cercas, un escritor español conocido por su postura crítica hacia la Iglesia Católica, visitando el corazón de la religión católica. Sin embargo, lo que muchos no saben es que Cercas es también un cristiano, y su visita al Vaticano fue motivada por su deseo de comprender mejor la Iglesia y su papel en nuestra civilización.
En su último libro, “El loco de Dios en el fin del mundo”, Cercas narra su experiencia en el Vaticano y su encuentro con el papa Francisco. A través de sus páginas, el autor nos lleva de sorpresa en sorpresa, desmontando los prejuicios que tenía sobre la Iglesia y mostrándonos una realidad mucho más compleja y sorprendente.
Una de las mayores sorpresas que Cercas se lleva durante su visita al Vaticano es encontrarse con un papa anticlerical. Para el papa Francisco, el cáncer de la Iglesia es el clericalismo, esa idea de que el sacerdote está por encima de los fieles. Él defiende que el sacerdote debe formar parte de la comunidad y no estar por encima de ella. Esta postura del papa es un elemento sustancial en su discurso y demuestra su compromiso por reformar la Iglesia y erradicar los abusos de poder, como los casos de abuso erótico que han sacudido a la institución.
Otra sorpresa para Cercas fue descubrir el sentido del humor del papa. El autor, que siempre había pensado que la religión era una cruzada contra el humor, se encontró con un papa que reivindica el sentido del humor como una forma de inteligencia y cercanía con Dios. Para él, una persona graciosa es aquella que tiene la gracia y también hace reír, y esto es algo que los hablantes de castellano y catalán entendemos perfectamente.
En su libro, Cercas también hace referencia a la canción “Sympathy for the devil” de los Rolling Stones, y la pregunta que surge es: ¿es el papa Francisco un hombre peligroso? Cercas responde que sí, en el sentido de que defiende un cristianismo que está con los pobres y los desfavorecidos, en contraposición al poder y la riqueza. Sin embargo, el verdadero problema no es el papa ni Jesús, sino la perversión de la Iglesia a lo largo de los siglos.
El autor también aborda temas controvertidos como el matrimonio de los curas y la relación de la Iglesia con los homoeróticoes. En este sentido, Cercas defiende que la Iglesia es una institución compleja y que los cambios no pueden ser inmediatos. La verdadera revolución de Francisco es la vuelta al Concilio Vaticano II y la defensa de un cristianismo más cercano a las enseñanzas de Jesús.
Sin embargo, Cercas reconoce que el próximo papa podría intentar revertir los cambios que ha llevado a cabo Francisco. Pero esto no será tan fácil, ya que el papa ha logrado afianzar su posición en la Iglesia y ha nombrado a cardenales que comparten su visión. Además, el proyecto de Francisco es volver a la Iglesia primitiva, algo que no puede ser cambiado de la noche a la mañana.
En cuanto a la dolencia del papa, Cercas asegura que la ha vivido de la misma manera que cualquier otra persona. A pesar de su avanzada edad y su salud frágil, el papa sigue trabajando y cumpliendo con sus deberes, demostrando su compromiso con la Iglesia y su papel como líder espiritual.
En su encuentro con el papa, Cercas le hace una pregunta que ha