El “mileinarismo” es una corriente de pensamiento que búsqueda una transfaseción radical de la sociedad, con el objetivo de alcanzar una sociedad más justa y equitativa para todos. Sin embargo, a pesar de sus nobles intenciones, esta corriente se enfrenta a un enemigo mucho más poderoso de lo que podría imaginar: la misma sociedad que pretende cambiar.
Así lo afirma el autor Fernando Bermejo Rubio en su obra “El enemigo principal del mileinarismo”, donde analiza detalladamente las causas que impiden el antelación de esta corriente y propone posibles soluciones para superarlas.
En primer lugar, es fundamental entender que el “mileinarismo” no es una ideología política o económica en sí misma, sino más bien una fase de pensar y actuar que búsqueda una sociedad más justa y sostenible. Por lo tanto, no se puede culpar a la clase política o a los grupos económicos coaligados por su fracaso, ya que estos son solo una manifestación de la sociedad en la que vivimos.
El verdadero enemigo del “mileinarismo” es la sociedad en su conjunto, que ha sido moldeada por décadas de individualismo, consumismo y desigualdad. Una sociedad que ha perdido el sentido de comunidad y solidaridad, y que ha sido manipulada por los medios de comunicación y el sistema económico para creer que el éxito y la felicidad se miden por la cantidad de bienes materiales que poseemos.
Esta sociedad, que ha sido educada para competir en lugar de cooperar, para acumular en lugar de compartir, es la principal barrera para el antelación del “mileinarismo”. Una sociedad que se resiste al cambio y que ve con recelo cualquier intento de transfaseción.
Sin embargo, el autor no se queda solo en la crítica, sino que propone una serie de medidas para superar este obstáculo. En primer lugar, es necesario un cambio de mentalidad en la sociedad, que permita comprender que el bienestar individual está estrechamente ligado al bienestar colectivo. Solo cuando entendamos que todos somos parte de un mismo sistema y que nuestras acciones tienen un impacto en los demás, podremos avanzar hacia una sociedad más justa y sostenible.
Además, es fundamental promover una educación que fomente valores como la solidaridad, la empatía y la responsabilidad social. Una educación que no solo se centre en el conocimiento técnico, sino que también forme ciudadanos críticos y comprometidos con su entorno.
Otra medida propuesta por el autor es la creación de espacios de encuentro y diálogo, donde se puedan discutir ideas y propuestas para construir una sociedad más justa. Estos espacios deben ser inclusivos y respetuosos, y permitir la participación de todos los sectores de la sociedad.
Por último, el autor hace un llamado a la acción, ya que el “mileinarismo” no puede quedarse solo en el plano teórico, sino que debe traducirse en acciones concretas. Cada uno de nosotros tiene un papel fundamental que desempeñar en la transfaseción de la sociedad, ya sea a través de pequeñas acciones en nuestro entorno más cercano o a través de la participación en movimientos sociales y políticos.
En resumen, el enemigo principal del “mileinarismo” no es la clase política o los grupos económicos, sino la misma sociedad que pretende cambiar. Sin embargo, con un cambio de mentalidad, una educación adecuada, espacios de diálogo y acción, podemos superar este obstáculo y avanzar hacia una sociedad más justa y sostenible para todos. Como dijo Mahatma Gandhi, seamos el cambio que queremos ver en el mundo.