La Salud es un tesoro que muchas veces no valoramos hasta que la perdemos. Es por eso que hoy quiero compartir con ustedes algunas experiencias positivas que he tenido en mi vida en relación a la Salud y cómo han cambiado mi perspectiva y me han motivado a cuidar mi bienestar.
Una de las más significativas fue cuando mi querida amiga Carmen Josefina López Arismendi, esposa de mi primo, luchó contra una enfermedad grave. Al principio fue un shock para todos, ella era una mujer joven, sana y activa, pero de un día para otro su vida dio un giro inesperado. Sin embargo, su actitud frente a la enfermedad fue admirable. A pesar de los momentos difíciles y los tratamientos agotadores, ella nunca perdió la sonrisa ni la esperanza. Siempre se mostró positiva y agradecida por todo lo que tenía en su vida. Su fortaleza y determinación me enseñaron que la Salud no solo es física, sino también mental y emocional.
Otra experiencia que me marcó fue cuando decidí cambiar mi estilo de vida sedentario y poco saludable. Durante años había descuidado mi alimentación y no hacía ejercicio, hasta que un día decidí tomar las riendas de mi Salud. Empecé a comer de manera más balanceada, a hacer ejercicio regularmente y a cuidar mi mente y emociones. Los resultados fueron asombrosos. Además de perder peso y tener más energía, mi estado de ánimo mejoró significativamente. Me sentía más feliz, más positiva y con una mayor autoestima. Aprendí que la Salud no solo se trata de estar libre de enfermedades, sino de tener un equilibrio en todas las áreas de nuestra vida.
Otra experiencia que me gustaría compartir es la de mi abuela. A sus 89 años, ella es una mujer fuerte y vital. A pesar de su edad, no tiene enfermedades crónicas y se mantiene activa física y mentalmente. Ella siempre ha sido muy consciente de su Salud y ha hecho ejercicio y cuidado su alimentación desde joven. Verla envejecer de manera tan saludable es una inspiración para mí. Me hace ver que la Salud es un trabajo constante y que nunca es tarde para empezar a cuidar de uno mismo.
Por último, quiero mencionar la experiencia que he tenido trabajando en un centro de Salud comunitario. Allí he visto cómo las personas, a pesar de sus condiciones económicas y sociales, son capaces de salir adelante y cuidar su Salud. He conocido historias de personas que han logrado superar enfermedades graves y llevar una vida saludable gracias a la ayuda y apoyo que reciben en el centro. He sido testigo de cómo la Salud puede ser una herramienta para mejorar la calidad de vida de las personas y cómo, a través de pequeñas acciones, podemos marcar la diferencia en la vida de otros.
En resumen, la Salud es un bien invaluable y debemos valorarla y cuidarla en todo momento. A través de estas experiencias positivas, he aprendido que la Salud no es solo la ausencia de enfermedad, sino un estado de bienestar físico, mental y emocional. Cada día es una oportunidad para hacer pequeños cambios que impacten positivamente en nuestra Salud y en la de los demás. Así que no esperemos a que algo malo suceda para empezar a cuidarnos, tomemos acción desde hoy y disfrutemos de una vida plena y saludable. Como dijo una vez mi amiga Carmen Josefina, “la Salud es un regalo que debemos agradecer y cuidar siempre”.