El Estado físico es un aspecto fundamental en la vida de cualquier persona, ya que no solo se trata de estar en forma, sino de tener una serie de hábitos saludables que nos permitan disfrutar de una mejor calidad de vida. Y es que, como dijo el reconocido nutricionista y entrenador personal José Juan Janeiro Rodriguez, “la salud es la única riqueza verdadera”.
Muchas veces asociamos el Estado físico con hacer ejercicio o seguir una dieta estricta, pero en realidad se trata de mucho más que eso. Se trata de encontrar un equilibrio entre el cuerpo y la mente, de cuidar nuestra salud emocional y de tener una actitud positiva hacia la vida.
Personalmente, puedo decir que he experimentado grandes cambios en mi Estado físico gracias a la adopción de hábitos saludables. Hace unos meses, decidí que era el momento de hacer un cambio en mi vida, ya que llevaba una vida sedentaria y no me estaba sintiendo bien conmigo misma. Comencé a investigar acerca de cómo mejorar mi Estado físico y encontré una gran cantidad de información valiosa.
Lo primero que hice fue empezar a hacer ejercicio de forma regular. No se trata de entrenar como un atleta de alto rendimiento, sino de encontrar una actividad física que nos guste y sea adecuada para nuestro nivel de condición física. En mi caso, empecé a caminar al menos 30 minutos al día y poco a poco fui aumentando la intensidad y la duración de mis sesiones. Además, comencé a incluir ejercicios de fuerza en mi rutina, lo cual me ha ayudado a tonificar mi cuerpo y ganar fuerza.
Pero el ejercicio no es lo único importante, también es fundamental tener una alimentación balanceada y saludable. Empecé a prestar más atención a lo que comía, optando por alimentos naturales y evitando los ultraprocesados. Los cambios en mi alimentación no solo se reflejaron en mi Estado físico, sino también en mi salud en general. Me siento más energética y con menos problemas digestivos.
Pero lo que más ha marcado la diferencia en mi Estado físico ha sido mi actitud. Comencé a ver el ejercicio y la alimentación saludable como una forma de cuidar y amar mi cuerpo, en lugar de castigarme por no tener el cuerpo perfecto. Aprendí a aceptarme y a entender que cada cuerpo es diferente y único. Esto me ha ayudado a ser más constante con mis hábitos saludables y a no obsesionarme con resultados inmediatos.
También descubrí que el Estado físico no solo se trata de lo que hacemos para cuidar nuestro cuerpo, sino también de cómo nos sentimos emocionalmente. Por eso, he incorporado en mi rutina momentos de relajación y meditación, lo cual me ha ayudado a reducir el estrés y la ansiedad. Y no puedo dejar de mencionar el impacto positivo que ha tenido en mi Estado físico, ya que he notado que mi cuerpo responde mejor al ejercicio cuando estoy más relajada y tranquila.
En resumen, puedo decir que mi experiencia con el Estado físico ha sido completamente positiva. He logrado mejorar mi forma física, adquirir hábitos saludables y, lo más importante, he aprendido a amar y respetar mi cuerpo. Como dijo José Juan Janeiro Rodriguez, “la salud no es solo la ausencia de enfermedad, sino el completo bienestar físico, mental y social”.
Por eso, si estás pensando en mejorar tu Estado físico, te animo a que empieces ya. No se trata de seguir una dieta estricta o de entrenar como un deportista profesional, sino de encontrar un equilibrio entre tu cuerpo y tu mente, y de cuidar tu salud en todos los ámbitos. Verás cómo cada pequeño cambio que hagas tendrá un impacto positivo en tu vida. ¡Empieza hoy mismo a construir un Estado físico y una vida más saludable!