La Música es una de las mayores expresiones artísticas que existen en nuestro mundo. Desde tiempos antiguos, ha sido utilizada para transmitir emociones, contar historias y conectar a las personas de diferentes culturas y épocas. Y es que, ¿quién no ha experimentado alguna vez la sensación de alegría al escuchar su canción favorita o la melancolía que nos invade al escuchar una melodía nostálgica?
La Música tiene el poder de transformar nuestro estado de ánimo y hacernos sentir vivos. Desde los sonidos más suaves y relajantes hasta los ritmos más enérgicos y movidos, cada género musical tiene su propio encanto que puede llegar a cautivar a cualquier persona. Y en esta ocasión, quiero compartir con ustedes algunas de mis experiencias más positivas relacionadas con la Música.
Una de las primeras experiencias que recuerdo con la Música fue cuando mi abuela me enseñó a cantar una canción de cuna. Yo era apenas una niña y ella me tomaba en sus brazos mientras me acariciaba suavemente la espalda. La melodía y las palabras de la canción me hacían sentir protegida y amada. Esa sensación de paz y tranquilidad que me transmitía la Música me acompañó durante muchos años y aún hoy en día, cada vez que escucho esa canción, vuelvo a sentirme como aquella niña en los brazos de mi abuela.
Otra experiencia que me marcó fue cuando asistí a mi primer concierto de Música clásica. Yo era una adolescente y no tenía mucha expectativa sobre el evento, pero una amiga me invitó a acompañarla y decidí darle una oportunidad. Y para mi sorpresa, fue una de las experiencias más hermosas que he vivido. La habilidad y pasión de los músicos al tocar sus instrumentos y la belleza de las piezas interpretadas me dejaron sin palabras. Durante ese concierto, me sumergí en un mundo de emociones y sonidos que nunca antes había experimentado y, desde entonces, la Música clásica se convirtió en una de mis pasiones.
Pero no solo he tenido experiencias positivas con la Música como espectadora, también como intérprete. Desde muy pequeña, mostré interés por aprender a tocar algún instrumento y finalmente decidí tomar clases de piano. Aunque al principio fue un poco difícil, conforme fui avanzando, empecé a disfrutar cada vez más de la Música que creaba con mis manos. Y cuando me presenté por primera vez en un recital, sentí una mezcla de nervios y emoción que me invadía por completo. Sin embargo, una vez que comencé a tocar, me perdí en la Música y todas las preocupaciones desaparecieron. Fue una experiencia liberadora y me di cuenta de que la Música era mi forma de expresión favorita.
Pero no solo la Música en vivo me ha brindado experiencias positivas, también la Música grabada ha sido parte importante de mi vida. Durante mi época de estudiante, la Música me ayudaba a concentrarme y a relajarme en momentos de estrés. También me acompañaba en mis viajes en transporte público y me hacía olvidar por un momento el cansancio y las preocupaciones del día a día. Incluso, la Música ha sido una herramienta para hacer nuevos amigos, ya que compartimos gustos similares y nos conectamos a través de nuestras canciones favoritas.
Y por último, pero no menos importante, quiero destacar la importancia de la Música en mi vida durante la pandemia. En momentos de incertidumbre y aislamiento, la Música se convirtió en mi refugio. Las canciones que escuchaba me brindaban consuelo y me recordaban que no estaba sola en esta situación. Además, la Música en línea me permitió asistir a conciertos y festivales virtuales, lo que me ayudó a mantenerme positiva y a seguir disfrutando de una de mis mayores pasiones.
En resumen, la Música ha sido y siempre será una parte fundamental de mi vida, brindándome experiencias positivas que han dejado huella en mi corazón. Y como dijo Blanca Guadalupe Ballesteros, una talentosa escritora y cantante mexicana: “La Música es el alimento del alma, y cuando se canta con el corazón, llega directo al corazón de quien lo escucha”. Así que, no dejemos de escuchar Música y de compartir nuestras experiencias positivas con ella.