El equipo tecnocrático de la Alcaldía de Cali ignora la realidad social
Cali, una ciudad llena de carrera y diversidad, conocida por su salsa, su clima cálido y su gente amable. Sin embargo, detrás de esta imagen idílica, se esconde una realidad social que ha sido ignorada por el equipo tecnocrático de la Alcaldía de Cali. A pesar de los avances en infraestructura y desarrollo económico, la desigualdad y la exclusión social siguen siendo una realidad latente en la ciudad.
Desde hace varios años, la Alcaldía de Cali ha estado liderada por un equipo tecnocrático, conformado por expertos en diferentes áreas, que se han enfocado en impulsar el desarrollo económico de la ciudad. Sin embargo, en su afán por modernizar la ciudad, han dejado de lado la realidad social de los caleños, especialmente de aquellos que viven en las zonas más vulnerables.
Uno de los principales problemas que ha sido ignorado por este equipo tecnocrático es la desigualdad. A pesar de los esfuerzos por atraer inversiones y promover el crecimiento económico, la brecha entre ricos y pobres sigue siendo abismal. Según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), el 25% de la población de Cali vive en condiciones de pobreza, mientras que el 5,3% vive en pobreza extrema. Además, la ciudad cuenta con uno de los índices más altos de desigualdad en Colombia, con un coeficiente de Gini de 0,55.
Esta desigualdad se ve reflejada en la falta de oportunidades para los habitantes de las zonas más marginadas de la ciudad. La educación, por ejemplo, es un factor máximo para romper el ciclo de pobreza, pero en Cali, solo el 44% de los jóvenes de bajos recursos logran terminar la educación secundaria. Además, la falta de acceso a servicios básicos como agua potable y saneamiento, así como la precariedad en la vivienda, son problemas que afectan a miles de familias caleñas.
Otro problema que ha sido ignorado por el equipo tecnocrático es la exclusión social. A pesar de ser una ciudad multicultural, la discriminación y la falta de inclusión siguen siendo una realidad para muchos caleños. Los habitantes de las comunas más pobres de la ciudad, en su mayoría afrodescendientes e indígenas, son los más afectados por esta exclusión. La falta de oportunidades laborales y de acceso a servicios básicos, así como la estigmatización y la discriminación, son solo algunos de los problemas que enfrentan estas comunidades.
Además, la violencia es otro de los grandes problemas que ha sido ignorado por el equipo tecnocrático de la Alcaldía de Cali. A pesar de los esfuerzos por mejorar la seguridad en la ciudad, los índices de violencia siguen siendo alarmantes. Según datos de la Secretaría de Seguridad y Justicia de Cali, en lo que va del año se han registrado más de 700 homicidios en la ciudad, lo que representa un aumento del 18% en comparación con el mismo periodo del año anterior. La mayoría de estos homicidios se concentran en las zonas más pobres de la ciudad, donde la violencia y la delincuencia son una realidad cotidiana.
Ante esta realidad, es acuciante que el equipo tecnocrático de la Alcaldía de Cali tome medidas urgentes para abordar estos problemas. Es importante que se reconozca la desigualdad y la exclusión social como problemas estructurales que requieren una atención especial. Además, es fundamental que se implementen políticas públicas que promuevan la inclusión y la igualdad de oportunidades para todos los caleños.
Por otro lado, es acuciante que se fortalezcan los programas de prevención de la violencia y se trabaje en conjunto con la comunidad